martes

Cuando no nos perdonan, nos obligan a vivir con nuestro error, con nuestra culpa. Cuando no nos perdonan, nos obligan a hacernos cargo de lo que hacemos, con un simple perdón no puede borrar el dolor que se causo.
Pedir perdón es poner una curita en una herida abierta que nosotros mismo provocamos. Recién cuando no hacemos responsables de lo que hacemos, ahí, se puede empezar a construir algo distinto.
Suplicando, a los gritos, de rodillas... implorando en todos los idiomas,
pedir perdón no alcanza, no repara,no alivia, si no nos hacemos responsables de nuestros acciones. Cuando no nos perdonan nos obligan a vivir con nuestro error, con nuestra culpa, porque un simple perdón no puede borrar el dolor.